Triturar plásticos a bordo de una bicicleta

Por Rosana Guerra

Publicado en Diario Comercio y Justicia. 27/12/21

Las ecostations van a instalarse entre marzo y abril en distintos parques de la ciudad y del interior provincial. Actualmente hay prototipos y se anunció que el primer lote en serie estará listo en tres meses

ReciU Bike es la primera bicicleta fija que permite procesar botellas PET de hasta 2.500 centímetros cúbicos mientras se pedalea. Es una propuesta de triple impacto que brinda soluciones creativas que permiten reducir y moler el plástico lo más cerca posible del punto de consumo. La ReciU Bike es el primer producto que se lanza al mercado. Consiste en que una persona se sube a una bicicleta fija y, mientras pedalea, pica el plástico lo más cerca posible del punto de consumo. Después se traslada el producto procesado que es ambientalmente sustentable. “En lo social, este proyecto involucra a todos los ciudadanos… considero que no hay ninguna iniciativa de reciclado que tenga chance de atacar este grave problema si no que involucra a todos. Por eso le pusimos el nombre ReciU (“you” en inglés), que convoca a todos a que sean partícipes de la solución a este problema”, explica Mario Postay, CEO de ReciU. Completan el equipo fundador de esta innovadora iniciativa Mauricio Donemberg y Amadeo Sabattini, dos profesionales con amplia trayectoria en reciclado.

Esta innovadora iniciativa nació como una startup de triple impacto que busca reducir la acumulación de plásticos. Desde su perspectiva, para que una iniciativa de reciclado pueda escalar debe tener en cuenta el factor logístico, que es clave en este tema. “Mover un camión de botellas, por más que estén aplastadas, implica mover 90% de oxígeno, entonces la huella de carbono que se genera es considerable y el daño ecológico que se produce es mayor que el beneficio de recuperar ese plástico”, detalla Postay.

La bicicleta es el primer producto en el mundo que, de una manera divertida, simple y atractiva, puede mitigar la contaminación del plástico. “Es una revolución, cada vez que instalamos una bicicleta vemos de qué manera las personas quieren sentir cómo sus piernas muelen botellas”, añade el empresario. Se trata de una propuesta que permite cuidar la salud y el ambiente al mismo tiempo.  

Las ecostations se venden a comunidades, condominios, barrios cerrados, empresas, universidades, ciudades. Esta propuesta consiste en instalar tres bicicletas, con las cualesa se procede a la recolección del material procesado. “Actualmente estamos en conversaciones con los gobiernos de la Provincia y de la ciudad para desembarcar en diferentes puntos de Córdoba a comienzos de 2022”, adelanta Postay a Comercio y Justicia. La finalidad es convocar a toda la comunidad a que se involucre activamente en el reciclado.

Un caso de economía circular 

El partner que hace la inversión de las ecostations –ya sea Provincia, ciudad, empresa o universidad- tiene que comunicar a su comunidad que acerque sus botellas, PET o directamente se suban a la bicicleta para procesarlas. “Partimos de la base que reciclar no es separar sino que reciclar es apenas el primer paso, picar la botella es el segundo, luego hay que separar los plásticos picados, por color, por peso y por tipo”, describe el emprendedor.

Una botella común de gaseosas de 500 centímetros cúbicos tiene cuatro tipos de plásticos: el Pet de la botella, el polipropileno de la parte baja, el polipropileno de la tapa, y además la goma EVA en la contratapa para las bebidas que tienen gas.  “Por eso se realiza un proceso donde se separan cada una de estos materiales y el PET se reinserta en la cadena productiva, volviendo a ser PET”, aclara Postay.

El objetivo es crear un PET de mayor calidad, es decir que esa botella pueda volver a ser una botella. “Y en el caso del propileno de las etiquetas, se puede usar para otros fines”, añade el CEO de ReciU.

Desde su perspectiva, usar PET para construcción no es algo innovador. “Económicamente no es sustentable porque es más barata la arena y el cemento que el PET. Se utilizan plásticos de muy baja calidad que son generalmente desechos de material reciclado”, considera. En el caso de ReciU, trata de generar la mayor valorización económica de cada tipo de plástico que haga que el proyecto sea sustentable.

En REciU trabajan cinco personas. Tienen partners logísticos, de reciclado y productivos que involucran a unas 50 personas más de manera indirecta.  “Nacimos con una inversión privada, que fue canalizada en parte por el venture capital Alaya, y acabamos de levantar otra ronda de inversión de inversores privados. Hemos sido coinvertidos por la Agencia Córdoba Innovar y Emprender, y estamos aplicando a otros fondos para acelerar el proceso de expansión”, dice entusiasmado Postay.

Consultado sobre las expectativas para 2022, el emprendedor señala que estarán realizando activaciones en eventos y distintos puntos de la ciudad donde se aglutinan muchas personas. “Tenemos todas las expectativas para que el proyecto despegue, haga base, en Córdoba, en Argentina, y en países limítrofes en 2022”, anunció Postay.

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